El insomnio se ha convertido en un desarreglo funcional padecido por un porcentaje muy alto de la población del mundo. En algunos países, por lo general los más industrializados y que tienen una mayor presencia de las nuevas tecnologías, su incidencia es muy grande. El estrés, la ansiedad, la depresión, la excesiva presencia de ondas de diversos tipos que se usan en la transmisión de señales de radio, tv y de datos en la industria informática agravan la situación. El nivel de ruido que encontramos en muchas ciudades a toda hora y las preocupaciones por razones económicas, laborales, de salud o familiares contribuyen al panorama.
¿Existen remedios o paliativos para este mal? Algunos hábitos pueden ayudar a mejorar: comer muy sanamente incluyendo abundantes frutas y verduras frescas comiéndolas preferentemente crudas y evitando los alimentos procesados, los irritantes, el exceso de sal, las azúcares refinadas, las grasas saturadas, la carne roja (comerla con mucha moderación, magra de preferencia), evitar los estimulantes como la cafeína (un poco por la mañana no es dañino), el tabaquismo y la ingestión excesiva de alcohol (una cantidad moderada como uno a dos vasos de vino es benéfica), hacer ejercicio al menos 5 veces por semana, de preferencia alguna actividad que ayude a oxigenar el organismo como caminar con ritmo aeróbico unos 30 minutos o ejercitarse en alguno de los aparatos modernos para este fin al menos unos 10 minutos, preferentemente por la mañana.
También la exposición excesiva a programas de tv o películas que proyectan mucha violencia o un ritmo demasiado intermitente (de ametralladora, que disparan la secreción de adrenalina) son algunas de las causas más comunes de este problema. Ver programas o películas que nos hagan reír o nos transmitan una atmósfera apacible, o escuchar música tranquila es muy conveniente en las horas previas al sueño.
Las personas que no pueden dormir generalmente padecen algún grado de sobreexcitación por alguna o varias de las causas referidas. Requieren inducir la relajación y bajar el nivel de vibración de su sistema nervioso.
Es aquí donde la Aromaterapia nos ofrece algunas alternativas por medio del uso de algunos aceites esenciales que ayudan a relajar, tienen efecto sedante y reducen considerablemente el estrés.
Algunos de los aceites esenciales más usados para tratar el insomnio son:
– Manzanilla
– Jazmín
– Lavanda
– Azahar
– Melisa
– Neroli (naranjo amargo)
– Rosa
– Ylang-ylang
– Sándalo
– Mejorana dulce
– Benjuí
– Mandarina
– Valeriana
– Nardo
De los anteriores, los más citados por los autores de artículos referentes a combatir el insomnio con aceites esenciales son la manzanilla, la multifacética lavanda, rosa, sándalo, neroli, jazmín e ylang-ylang.
Deben evitarse los aceites esenciales estimulantes, ya que producen el efecto contrario a lo que se busca. Algunos de estos son: romero, menta, salvia, geranio, pino, ciprés, clavo, eucalipto, limón, albahaca, canela, enebro, hisopo, pomelo y otros.
Una combinación muy efectiva consiste en poner 3 gotas de aceite esencial de manzanilla, 3 gotas de lavanda y 3 gotas de sándalo en un difusor, agregar un poco de agua y calor moderado procurando respirar los vapores un rato antes de ir a la cama. También se pueden mezclar estas mismas con unas 30 gotas de aceite base, preferentemente de almendras y aplicar como masaje. La misma mezcla, sin diluir en aceite base, poner unas 2 a 3 gotas en la almohada. La mezcla puede hacerse usando hasta 3 de los arriba mencionados, al gusto. Una técnica que yo uso para seleccionar cuáles quiero mezclar es separarlos de acuerdo a su efecto, en este caso deben ser relajantes o sedantes, percibir su aroma desde la botella y seleccionar los 3 que más me agraden en ese momento.