La Lavanda o espliego es una planta muy popular, conocida y usada desde la antigüedad por diferentes culturas, cuyas propiedades la han convertido en una de las favoritas entre las plantas aromáticas en prácticamente todos los países y épocas. El aceite esencial que se extrae de esta planta tiene una diversidad de efectos aromáticos, terapéuticos, hipotensores (bajan la presión arterial), antisépticos, relajantes, sedantes, anxiolíticos (combate la ansiedad), antiinflamatorios, antiespasmódicos, relajante muscular, entre otros. Hay estudios documentados sobre las propiedades de la Lavanda para combatir el insomnio y la depresión, para combatir infecciones bacteriales y por hongos, además de su efecto inhibitorio de algunos virus, características que la convierten en una de las plantas más apreciadas y usadas. Desde tiempo inmemorial se ha usado para fabricar perfumes y para aromatizar el ambiente. Hay evidencia de su uso por los egipcios hace 5000 años. Se cree que es originaria de Europa en la región del Mediterráneo y del norte de África.
Algunas de sus más populares variedades son Lavandula angustifolia, Lavandula latifolia y Lavandula stoechas. Además se han producido algunos híbridos mezclando estas especies. Uno de los más usados es el Lavandín.
Las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales son el resultado de la actividad biológica de algunos de los compuestos de que están formados. Complejas moléculas orgánicas llamadas terpenos y sesquiterpenos entre otras. Múltiples estudios consignan y cuantifican las propiedades medicinales de estos compuestos. La efectividad y rapidez con la que actúan estas sustancias se debe a que, por la forma en que acceden al sistema nervioso al ser respirados o penetrar por la piel, llegan al torrente sanguíneo, rompen la barrera natural sangre-cerebro, afectando a los sistemas nerviosos central y simpático y disparando mecanismos naturales, generalmente con efectos terapéuticos y relajantes, produciendo un estado emocional y espiritual muy agradable y notoriamente benéfico.
Algunos de los usos más comunes del aceite esencial de Lavanda son calmar los nervios y la ansiedad y como auxiliar contra el insomnio y las migrañas. Estudios recientes consignan propiedades anticancerígenas y antimutagénicas (previenen la mutación del DNA que produce células cancerosas), además de inducir la apoptosis (autodestrucción programada) de las células cancerosas y abren un amplio campo para la investigación y el desarrollo de productos para tratar el cáncer de piel y otros tipos. También para el desarrollo de futuros tratamientos para las enfermedades inflamatorias degenerativas y enfermedades infecciosas. Otros estudios consignan el efecto del aceite esencial de Lavanda en pacientes que sufren de demencia, mostrando una reducción significativa en el nivel de agitación de estos pacientes y al parecer, al término de un período de prueba de 4 semanas estos pacientes mostraron un incremento en su nivel cognoscitivo, lo que llevó a los investigadores a concluír que se presentó mejora en la salud mental.
Muchos de estos estudios además de consignar sus descubrimientos, sugieren nuevas líneas de investigación sobre algunos muy diversos efectos que alcanzan a atisbar durante el proceso de investigación. Los científicos sugieren y alentan a otros colegas a tomar estas nuevas líneas y a ampliar las pruebas ya realizadas, con muestreos que incluyan mayor cantidad de sujetos de prueba.